Antes de realizarse el
matrimonio, debe de haber una pedida de matrimonio previa. Qué mejor manera de
consolidar definitivamente tú relación de pareja que con un maravilloso anillo
de compromiso con el que puedas gritar a los cuatro vientos y poder presumir
que ya te vas a casar.
Comprometerse con alguien con
quien pasarás el resto de tu vida antes del matrimonio, es un mecanismo que se
ha utilizado desde tiempos antaños: En la Edad Media se impuso casi como un
obligación el colocar un anillo de compromiso en el dedo de la prometida; lo
consideraban, por su elevado precio, como una especie de pre-contrato para
asegurar la boda, para indicar que sí que había esa intención firme de contraer
matrimonio.
Eligiendo el anillo de compromiso
El anillo de compromiso significa
que la novia está decidida a dar el siguiente paso: Ir vestida de blanco y dar
el “sí acepto” en la iglesia. Generalmente, el valor económico de estas joyas
es algo elevado, y a la hora de elegir uno en concreto, se deben tener en
cuenta varios detalles.
Debemos de ser conscientes de que
un anillo de compromiso será para toda la vida y por ende no debe pasar de
moda. No compres el último y desenfadado modelo de anillo porque solo está a la
moda si es que no quieres que a los cinco o seis meses te des cuenta que "ya
no se usa". Búscale el lado especial a todo esto, hay que tener muy en
cuenta los gustos personales de la novia para propiciar que use el anillo a
menudo y no sólo en ocasiones especiales.
Materiales de anillos de
compromiso
En cuanto a materiales de anillo
de compromiso se refiere, se recomienda elegir uno de oro o platino, porque su
durabilidad y resistencia es mucho mayor. Pero también se pueden escoger otras
opciones más económicas como el titanio o el acero inoxidable.
Acompañado a estos materiales se
encuentran las piedras preciosas, el diamante es el material más costoso,
económicamente hablando, del que puede estar formado un anillo de compromiso.
Su precio viene dado por el tamaño y sus formas más frecuentes son la redonda
(destaca el brillo de la piedra), la cuadrada (da sensación de mayor tamaño) y
la rectangular (considerado de los más sofisticados).
En la actualidad la mayoría de mujeres
prefieren piedras semipreciosas como zafiros, rubíes o esmeraldas, materiales
algo más económicos y que dan un toque más juvenil a la novia.
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